Para el coleccionista numismático no es nada extraño el asunto de las variantes, mas bien es algo habitual. Para el que colecciona monedas "por tipos", una variante se queda normalmente en el intermedio entre un tipo y otro, vienen a ser como dos monedas iguales con unas leves diferencias.
Todo esto os lo cuento porque ayer mismo, Jesús, coleccionista de monedas elongadas entre otras cosas, descubrió que en la tienda de la Hermandad de la Esperanza Macarena de Sevilla, no hay una sola máquina como suponíamos, si no que hay dos. Ambas máquinas son idénticas a la que tenemos catalogada aquí en el blog como
SE-007 y proporcionan ambas también las mismas dos monedas elongadas, una con la imagen de la Esperanza Macarena y otra con el Cristo de la Sentencia.
Hasta aquí nada extraño, salvo la duplicidad de la máquina, pero Jesús, detallista como todo buen coleccionista se hizo con una pareja de estas dos monedas elongadas de cada una de las máquinas y tras examinarlas con detalle comprobó que no son idénticas, tienen diferencias en el tipo de letra.
Dispuesto a documentar esas diferencias ha preparado un foto montaje que las deja mas que claras y definidas. Lo reproduzco a continuación para que podáis comprobarlo vosotros mismos. Aunque se puede ver claramente que los tipos de letra entre unas y otras ha cambiado, el detalle que ha incluido de las letras "M" y "S" no deja lugar a dudas.
¡Aviso!, si te empieza a picar la curiosidad y sientes la tentación de mirar cual de ellas es la que tienes tu, o conseguir la que te falta, o te dispones a comprobar si tienes repetidas de otros modelos con diferencias de las titulares de tu colección, estás entrando en terreno peligroso. Os lo dice un coleccionista numismático con años de bagaje, el tema de las variantes puede ser el principio de un placentero vicio. Si os metéis en ello, observaréis con detalle cada una de las repetidas que pasen por vuestras manos para ver si le encontráis alguna diferencia y aviso de nuevo, seguro que las encontraréis, la mayoría de las veces ni las propias casas de la moneda o grabadores son conscientes de que existan tales diferencias, hasta que los coleccionistas dan con ellas. Pero vamos, es lo que tiene coleccionar...¿ no ?.